El pasado 1 de marzo celebramos en el Colegio la Misa de Inauguración de la Capilla de la Divina Misericordia. Presidida por el Obispo auxiliar de Getafe, Mons. D. José María Avendaño, contó con la presencia del equipo directivo del Centro y de diversos directivos de la Fundación Educatio Servanda y de otros Centros Juan Pablo II, así como de alumnos y familias de nuestro Colegio.
La ocasión para dar un carácter propio más específico a la capilla pequeña del Centro surgió a la vuelta del primer viaje a Polonia de nuestros alumnos de Bachillerato, donde pudieron conocer más de cerca los lugares y santuarios más queridos por nuestro patrono. Allí se familiarizaron también con la devoción a la Divina Misericordia, que impulsó santa Faustina Kowalska. Además nuestros alumnos vinieron de vuelta con reliquias de santa Faustina y de san Juan Pablo II para nuestro Colegio, generosamente donadas por el mismo Cardenal Dziwisz—entrañable don Stanislao, secretario de nuestro patrono durante 40 años— y por la superiora de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia.
En su saludo al inicio de la ceremonia el Director del Colegio, Alfonso Die, ponía el acento en la nueva advocación de la Capilla, la Divina Misericordia, “nueva advocación, pero no nueva devoción, porque la misericordia divina nos sitúa en el corazón de la revelación del misterio trinitario, el Sagrado Corazón de Jesús al que todos los Centros de la Fundación Educatio Servanda llevamos años consagrados. Es el Corazón de la Misericordia divina porque, según nos indica nuestro patrono en la encíclica Dives in Misericordia, Jesucristo no solo habla de la misericordia, sino que además, y ante todo, él mismo la encarna y personifica”.
El director hizo una invitación a los alumnos a vivir en plenitud la llamada que Cristo nos hace a la santidad: “No olvidéis que estas reliquias son la constatación de que es posible vivir la santidad en nuestros días, dando una respuesta generosa a la llamada de Cristo, que es siempre el más interesado en nuestra santidad”.
Por su parte, el Sr. Obispo destacó en su homilía los aspectos fundamentales de la devoción a la Divina Misericordia que Santa Faustina difundió, “la misericordia divina tiene un corazón, y ese es el de Jesucristo, cuyo corazón es la Misericordia misma”. En una homilía especialmente dirigida a los alumnos que asistían a la ceremonia, Mons. Avendaño les instó a ser capaces de mirar al compañero con los ojos de Jesucristo, con un corazón manso y humilde.
Las reliquias de santa Faustina y de san Juan Pablo II fueron presentadas al final de la Misa por los mismos alumnos de Bachillerato que las trajeron desde Polonia, y quedaron expuestas en los relicarios de la nueva capilla para la veneración de todos. La ceremonia se cerró con el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia, que a partir de ese día se rezará todos los días en el Colegio.
Toda la comunidad educativa vivió la celebración como un momento de gracia en estos días de inicio de Cuaresma, confiando que esta dedicación de la capilla a la Divina Misericordia nos ayude a seguir profundizando en nuestra devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Nuestro deseo es que el Colegio Juan Pablo II sea siempre lugar de Misericordia para todos, donde sea posible el encuentro con el Corazón de Jesús, el Corazón de la Misericordia. Pidamos todos juntos al Señor aquello que solo puede ser fruto de su gracia.
En nuestra Capilla de la Divina Misericordia brillan ya con luz propia santa Faustina y san Juan Pablo II, ambos flanqueando el presbiterio, dos santos prácticamente contemporáneos, dos santos polacos, ¡dos grandes amantes del Corazón de Jesús!